Un espacio pensado para aquellas reflexiones elocuentes que suenan tan bien como la palabra elocuente.
Feliz mayo.
Ante todo. Buenas tardes. Situados ya muy lejos del asueto de verano, sufriendo los vaivenes de un otoño que no se decide por un estado climático, y en pos de un invierno cercano, vuelvo a escribir. Acerca de qué. Desconozco aún. La crisis. No hace falta. El dengue. No es momento. Ibarra. Para qué. La gripe porcina y Roche en un negocio multimillonario. Muy complejo. Tinelli. No lo vi. Banalidades. Ideal. Un buen tema para recordar lo felices que somos. Y lo bien que estamos. El video de Marixa Balli o los hijos de Lugo. Dos claros ejemplos que me hacen amar más mi trabajo de sueldo básico, mi celular sin filmadora, y mi postura agnóstica hacia la vida. Entonces. Qué puedo criticar, si estoy bárbara. Al colectivero que me encierra para que no lo pase. A la enferma que habla por celular mientras cruza en rojo. Al parásito que dobla sin avisar obligándome a frenar o morir. Al subnormal que abre la puerta de su auto sin saber que vengo detrás. A todos ellos, mil disculpas si alguna vez injurie contra sus madres, tutoras o encargadas. Todos podemos tener nuestro día de torpeza, desacierto, ignorancia, analfabetismo, imbecilidad, idiotez. O como le decimos algunos, cuelgue.
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1 comentario:
El cuelgue explica pero no justifica. Cárcel a los colgados que hacen daño. O mejor que cárcel, la horca. Plop.
Hay que andar por la vida con mayor responsabilidad. Al que maneja el clima de este mayo hay que, por lo menos, bajarle el sueldo.
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