“Tu vieja”. Frase que el hombre invoca defensivamente cuando no se le ocurre qué decir. Esta frase, de apariencia asequible y vacía, tiene más fondo y contenido del que uno se imagina.
No sólo es destinada como agravio, chascarillo ligero o defensa banal, sino que además representa un dictamen exclusivo y propio del macho.
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