Por fin encontraste eso que tanto buscabas.
Recorriste miles de lugares hasta que por fin lo conseguiste.
Te probaste montones. Uno peor que el otro.
Pero lo encontraste. Por fin lo encontraste.
El talle que querías; y el único que te entraba.
El color no te convencía tanto pero bueno. Tampoco te ibas a poner tan minucioso.
Ofrendaste un fin de semana dentro del shopping pero valió la pena.
Hay tantos días por venir, y tanto porvenir.
Nunca creíste que te iba a salir tan caro, pero que más da. La plata va y viene ¿no?
Qué felicidad. Qué regocijo. Por fin, es tuyo. Está en tu poder.
Igualmente lo sabés, te costó un huevo.
Pero fue. Ya está. Lo tenés ahí, listo para estrenar, para usar.
Aunque primero tenés que hacerle un dobladillo o tres.
Pero estás feliz. Y eso que no te quedaba tan bien.
Te quedaba y punto.
Tal vez, haciéndole algunos ajustes de cintura y cola.
Ahí seguro te va a quedar mejor, pero vas a tener que pagar más.
Ni en pedo. Usalo así como está.
Aunque te quede fiero y te increpen.
No dejes que te vean la cara de boludo.
Hacete valer. No sos uno más.
Encima que te salió más caro que un riñón, pretenden que lo arregles vos mismo.
No. Esa quimerita a otro.
Igual, por suerte, tenés tu vestidura de siempre.
La que zafa, pero te saca de apuros.
La que está para atrás, manchada, oxidada,
pero que siempre sirve.
La que no está buena, pero está buena.
3 comentarios:
Aguante mi pantalon con agujeritos
Maldigo a los vendedores que te dicen: "te queda divino"; "es para vos"; "cede, no te preocupes que cede"; "esto se re usa". Los odio. Por suerte, los clásicos nunca muere. Se rompen, tiene olor, pero nunca mueren, y simpre te calzan diez puntos.
cuando se actualiza esta pagina?
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