Esperá sentado.

Dicen que una persona promedio, por día pierde equis cantidad de tiempo esperando: el vuelto del colectivo, al ascensor, al delivery, a que cargue la maldita página web, entre otras cosas.
Y si sumamos este tiempo, nos damos cuenta que en un año, lo que disipamos en realidad fueron días, meses y hasta años en una simple espera. Y todo ¿para qué? Para que nada haya cambiado.
Bueno. Nos ahorramos de caminar 45 cuadras, pero ¿a qué costo? 5 minutos de tu vida malgastados. O 20. Dependiendo del día que sea, la hora y fundamentalmente, el ramal. No es lo mismo el bien predispuesto 60, que el malicioso y lacerante 113.
Mi conclusión no pretende conciliar ni mucho menos rebasar la reflexión expuesta. Simplemente intenta desempeñar las veces de desenlace que cualquier escritor busca con anhelo al percatarse que su nudo en agonía, no es lo suficientemente fuerte como para seguir respirando.
Entonces, concluyo con una cuestión ¿Una persona justifica 30 minutos de espera? Porque si sumamos estos desaciertos temporarios, podemos encontrarnos con una desabrida manifestación. Esa persona que nos robó 1800 segundos de nuestro tiempo, apreciado a 0,10 centavos por minuto según el bursátil, nos debe la módica suma de 3,125 pesos. Así que “poniendo estaba la gansa”, como diría mi padre.

3 comentarios:

El acumulador dijo...

Por favor ayudame a descifrar esta cuenta que me estoy quedndo sin segundos:

A una persona que le roban 1800 segundos de su tiempo valuado en 0,10 centavos por minuto. ¿porque debería recibir en recompensa 3,125 pesos?

Pasa el tiempo y no la puedo descifrar, por suerte me pedi delivery.

Chochi dijo...

Una persona que te deja esperando 30 minutos, te hizo perder 1800 segundos (30m x 60s)
Una persona tipo, con un sueldo ABC4 de $3000 por trabajar 20 días, gana por día $150. Por hora ($150 % 24) 6,25. Por minuto 0,1041 centavos. Por ende, si me hizo esperarlo 30 minutos, me debe “30 x 0,1014” 3,125 pesos.

Este fue mi humilde razonamiento. Como verás, le dedique algunos minutos de mi tiempo (60). Ahora bien, las posibilidades que lo haya hecho mal son muchas.Nunca fui tan buena en matemática como hubiese querido mi madre.

Te agradezco la inquietud.
Ah. Más allá de quien tenga la razón, me debes $6, 25, precio de amigo. Gracias.

El acumulador dijo...

Avisame antes! Los 0,0041 centavos por minuto que omitiste me hubieran venido muy bien.